Es el tipo de cáncer de piel más frecuente. Lo siguen el carcinoma epidermoide y el melanoma, en gravedad creciente. El carcinoma basocelular, por suerte, no es demasiado “maligno” o lo es en un muy bajo grado.

Tiene un crecimiento local, es del todo excepcional que se disemine o extienda haciendo metástasis. Por tanto, lo normal es que crezca localmente, invadiendo los tejidos de alrededor o en profundidad generalmente a un ritmo lento, por lo que es fácil de controlar.
Suele aparecer en zonas expuestas, así lo más frecuente es verlo en la cara, y en concreto sus localizaciones preferentes son la nariz y mejillas, pero también en frente y en cuero cabelludo si no hay pelo. La razón es que su principal causa es la exposición solar. Por ello también es más frecuente que aparezca en personas con piel clara, más cuanto más clara (mucho cuidado entonces las personas pelirrojas…)

Se inicia como una pápula o perla brillante, sonrosada o blanquecina, que va creciendo. Pueden aparecer algunos vasitos o venitas en su superficie y es fácil entonces que sangre. Hay que vigilar entonces esas lesiones como perladas que a veces sangran y que pasan los meses y no sólo no curan sino que incluso van creciendo. Mucha atención también a las ulceritas que aparecen sobre una costra y no desaparecen pasados pocos meses. En el 60 % de los casos va a ser así, perlado y bien definido, con algunos vasos, y a veces con costritas o ulceritas.

Hay otras formas o tipos de carcinoma basocelular, que a veces es como una costra superficial que se ulcera fácilmente. Si tenéis entonces una úlcera que en meses no cura hay que consultar. Y otras veces puede parecer como una cicatriz, pero esta modalidad ya es más rara, e incluso se puede pigmentar (y dar una apariencia sospechosa de melanoma).

La buena noticia es que es el tipo de cáncer de piel más fácil de controlar, gracias a su crecimiento solo local (casi siempre). El mejor tratamiento es el quirúrgico, sólo así estaremos seguros de resecarlo por completo. Como siempre, debe realizarse con márgenes de seguridad, que en este caso no tienen que ser tan extensos como en otro tipo de cánceres de piel. No hay que hacer tratamientos complementarios tipo radioterapia ni quimioterapia.

Por ello, nada de asustarse, pero por favor sí consultad cuando os veáis una lesión como las que hemos descrito. Pensad en que cuanto más pequeño sea, más simple será la cirugía y menos secuelas dejará. Es importante no dejarlo pasar y consultar con el especialista.
Fuente: secpre.org

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