Diciembre parece ser el elegido para decidirnos a someternos a un tratamiento de medicina estética. De hecho, según los expertos, tanto las clínicas como los quirófanos experimentan un pico de actividad en estas fechas. Los más demandados siguen siendo los menores o micro-retoques: inyecciones de bótox o rellenos faciales como el de ácido hialurónico. «Son intervenciones flash con un proceso de recuperación muy rápido, salvo que haya alguna complicación (como pinchar una vena y que salga un pequeño hematoma). Por regla general, al someterse a estos tratamientos, la única señal que queda de haberlo hecho a las 24 o 48 horas es el de la mejora por lo que es muy habitual hacérselo en Navidad para una cena, comida o cualquier otra celebración”, señala el doctor Jesús Benito Ruiz, presidente de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP). 

Pero también aumentan aquellas intervenciones que requieren pasar por el quirófano como el aumento de pecho, rinoplastia para mejorar el aspecto de la nariz, blefaroplastia (para tratar la caída de párpados) u otoplastia (cirugía de las orejas). ¿Y por qué se eligen en estas fechas? Es una cuestión de tiempo puesto que una semana de vacaciones es tiempo suficiente para una buena recuperación, dado que las cirugías son menos agresivas, los postoperatorios más cortos, menos aparatosos y llamativos y más llevaderos. «Como tenemos unos días de vacaciones se aprovecha para operarse y recuperarse sin tener que dar explicaciones y volver a la rutina sin señales o que éstas sean fácilmente ocultables», aclara. Pero igual que aumenta la demanda, también las ofertas. ¡Ojo con ellas!

¿Precios bajos? Desconfía

 

Las ofertas en medicina o cirugía estética resultan muy tentadoras pero tienen sus riesgos, ya que puede que se esté utilizando un producto de peor calidad o que el profesional que lo esté realizando no sea el que ofrezca mejores garantías. «Siempre hay que desconfiar de las ofertas en medicina porque ésta, por definición, es cara. Y los productos también. Por ejemplo, el ácido hialurónico de alta calidad, purificado que vende un laboratorio farmacéutico en jeringas estériles es caro. Sin embargo, una ampolla o un vial de esta misma sustancia comprada por internet en el mercado chino o coreano es más barato». Para que no te den ‘gato por liebre’, lo mejor es que te pongas en mano de un buen profesional. Aunque no siempre es fácil acertar.

«En este campo, hay bastante intrusión. Es decir, hay médicos que, sin ser especialistas en este campo, ofrecen estos servicios, sobre todo los inyectables. En este sentido, nuestro consejo es claro: la persona que vaya a someterse a este tipo de intervenciones debe informarse bien sobre las credenciales del profesional que les va a atender y averiguar si pertenece a alguna organización profesional», advierte el doctor Benito.

Y es que los colegios médicos no obligan a depositar el título de la especialidad. Con lo que las sociedades científicas son una manera de asegurarse de que el especialista que te atienda está en posesión del título de cirujano plástico. «Las complicaciones en bótox o rellenos pueden ser menores, pero sí puede haber riesgos en láser, por no hablar de una mala praxis en aumento de pecho, por ejemplo. Es muy difícil arreglar una operación de mama mal hecha», advierte el cirujano.

¿Cuándo someterse a una operación estética?

Los límites siempre tiene que marcarlos el profesional, valorando las motivaciones que conducen al paciente para evitar que el riesgo sea superior al posible beneficio derivado de la cirugía. Estas motivaciones se pueden dividir en externas (evitar un prejuicio étnico, miedo a la discriminación por la edad, presión familiar, padres o jefes) o internas (emociones como complejos, ansiedad, temor o simplemente verse o sentirse mejor). Todo ello, así como las circunstancias o las posibilidades de éxito deben ser valoradas por el paciente y el médico, debe prevalecer el sentido común y la profesionalidad para evitar resultados indeseados debido a expectativas infundadas, no valoradas médicamente o promesas que no se pueden cumplir. «De ahí que sea tan importante que atienda un profesional médico en la primera visita», alerta el especialista en cirugía plástica.

No hay que olvidar que este tipo de intervenciones son actos médicos y solo aquel que esté especializado sabrá dar el mejor consejo al paciente, podrá prevenir complicaciones (por ejemplo, valorar los antecedentes o posibles reacciones) y sabrá actuar debidamente si las hubiera», recuerda el doctor Benito. Por otro lado, en todos los casos de cirugía estética, es importante tomarse un periodo de reflexión tras hablar con el especialista para estar convencido de lo que se va a realizar.

¿Me lo cubre la Seguridad Social?

Aunque la toxina botulínica o el ácido hialurónico se utilicen en el sistema nacional de salud, esto no quiere decir que cubra las intervenciones de medicina estética, si no hay un motivo médico que lo justifique. Respecto a la cirugía, siempre que se trate de cirugía reconstructiva o reparadora, debido a una enfermedad, por una cirugía (por ejemplo, la de mamas tras un cáncer) o una malformación, incluso si un problema estético ocasiona un trastorno psicológico demostrable, la Seguridad Social puede hacerse cargo de la intervención.

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