Si alguna vez has pensado en someterte a una operación de cirugía plástica tenemos que decirte que según los especialistas, el otoño y el invierno son las mejores épocas para someterse a ellas.  

En este sentido, los cirujanos recomiendan a los pacientes interesados en retocar su cuerpo que realicen la operación en estos meses de frío, sobre todo en los de enero y febrero. Pero, ¿por qué?

En primer lugar, durante el invierno la exposición solar es menor. No se puede tomar el sol tras una intervención de cirugía plástica ya que este puede provocar la pigmentación de cicatrices y hematomas, lo que dificulta de cicatrización.

Y es que, en invierno vamos más tapados y la incidencia de los rayos solares es menor, además de tener menos días de sol, por lo que la recuperación de la zona del cuerpo tratada es más fácil y rápida. En el caso de intervenciones en la cara (lifting, rinoplastia, blefaroplastia), donde es inevitable recibir la acción del sol, debemos usar una protección adecuada con cremas y prendas.

Además, las bajas temperaturas contribuyen a mejorar la inflamación que suele aparecer tras algunas intervenciones y es más fácil ocultar las cicatrices porque llevamos una mayor cantidad de ropa, por lo que las personas de alrededor no tendrán por qué saber que nos hemos realizado un retoque.

Por último, cabe destacar que algunas intervenciones requieren del uso de fajas postoperatorias durante unas semanas. Dichas fajas resultan muy incómodas en los meses de verano, por lo que es mejor usarlas en invierno, por funcionalidad y estética.

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