Una de las principales funciones de los cirujanos plásticos pediátricos es tratar las malformaciones congénitas de niños y adolescentes que afectan a la función y aspecto de determinadas partes del cuerpo, como la cara, las mamas o las extremidades. De este modo, no solo mejora el aspecto físico del menor, sino que se incrementa de forma sustancial su calidad de vida y autoestima.

LAS CIRUGÍAS MÁS DEMANDADAS EN LA INFANCIA

Labio leporino
Algunas malformaciones congénitas son relativamente frecuentes en niños. Se trata de anomalías que, de no tratarse, tienen un importante impacto en la calidad de vida y en la autoestima de los menores y, en ciertos casos, pueden incluso afectar a su rendimiento escolar.

Entre las cirugías craneofaciales más comunes en la infancia están las fisuras labiopalatinas, con una incidencia aproximada de 1 por cada 1.000 nacidos vivos.

Cirugías de paladar hendido y labio leporino
El paladar hendido y el labio leporino son defectos congénitos que ocurren cuando el labio superior y el paladar no se desarrollan correctamente en los primeros meses de embarazo. Un bebé puede tener paladar hendido («hendido» significa ‘separado’), labio leporino, o ambos.

La reparación quirúrgica de este defecto congénito puede mejorar la apariencia de la cara del niño y también su respiración, audición y desarrollo del habla y el lenguaje. Aunque debe ser el cirujano quien lo determine, la cirugía para el labio leporino se suele realizar antes de los doce meses de edad, mientras que para el paladar hendido puede llevarse a cabo antes de los 18 meses.

Cirugías de manos y pies
También son frecuentes las malformaciones de manos, que afectan hasta a 2,3 de cada 1.000 nacidos vivos. Entre ellas, destacan las sindactilias o fusión de uno o varios dedos, las polidactilias o dedos adicionales, y la mano Apert, un síndrome en el que se combinan sindactilias complejas de manos y pies con craneosinostosis y otras alteraciones del macizo facial

Los defectos congénitos en las manos ocurren en las primeras etapas del embarazo, y pueden afectar al niño en su desarrollo motor y en la adquisición de destrezas básicas para el día a día, así como en su autoestima.

En cuanto a las malformaciones del pie, son similares a las de las manos y también pueden interferir en el desarrollo psicomotor del niño si no se corrigen.

Cirugía auricular
La microtia o ausencia de pabellón auditivo formado, es otra de las malformaciones más comunes entre los niños, y afecta a entre uno y cinco de cada 10.000 nacidos. Lo mismo sucede con las orejas prominentes o con forma «de soplillo» (especialmente despegadas de la cabeza), un problema que afecta a la autoestima de los niños.

El niño tiene orejas de soplillo, un problema estético frecuente en la infancia
La otoplastia es la cirugía que se realiza para corregir los defectos congénitos de las orejas. Puesto que a la edad de cuatro años las orejas ya se han desarrollado casi completamente, la cirugía se podría realizar a partir de ese momento.

Cirugías de anomalías vasculares
Las anomalías vasculares son malformaciones que afectan hasta a un 1,5% de los nacidos, y comprenden tanto tumores como malformaciones vasculares, siendo los hemangiomas infantiles los más comunes. En general, los médicos consideran que el abordaje temprano de este tipo de anomalías ayuda a evitar el estigma, los complejos y el sufrimiento que en ocasiones provoca al niño, especialmente a medida que va creciendo.
Fuente: SECPRE

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